En 1985, un caballero yanki llamado Fertig estableció un paralelismo entre el teléfono y el ordenador personal,udbasándose en sus respectivas curvas de demanda a lo largo del tiempo (hipotética curva en el caso del ordenador personal, pues entonces éste sólo hacía unos diez años que había visto la luz). La curva histórica del númeroudde teléfonos instalados en el mundo tiene una forma que refleja el ciclo de las sucesivas fases de invención, introducción en el mercado y aceptación popular, momento éste en que se inicia su expansión explosiva.
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